Es uno de los más terroríficos personajes creados por el hombre. Se debe a Bram Stoker, quien, al escribir sobre las leyendas vampíricas rumanas, ideó al emperador de los vampiros: Drácula. Según la fantasía popular, los vampiros son unos seres que durante el día yacen como cadáveres en sus ataúdes. Pero al llegar la noche salen de ellos para morder a sus víctimas.
Este personaje sólo puede ser destruido por la luz del sol o atravesándole el corazón con una estaca.
El más popular mito de la literatura de terror fue escrito por una joven de 19 años. Se llamaba Mary Wollstonecraft Shelley.
La obra fue desarrollada con motivo de una apuesta entre amigos en una aburrida velada a orillas del lago de Ginebra el 16 de junio de 1816. Se trata de un doctor, el barón Víctor Frankenstein, que, sirviéndose de restos humanos, crea un gigantesco ser incapaz de ser dominado por su creador.
El terrible éxito popular de las historias sobre el monstruo de Frankenstein ha catapultado a toda una serie de personajes a su alrededor, de gran aceptación, como Igor, o la novia que reclama para sí al doctor.
Al negarse éste, el gigantesco monstruo entra en cólera y amenaza con exterminar a toda la familia de su hacedor.
En el corazoncito del monstruo siempre hay un lugar para las damas y las niñas. Stoker, su creador, dio mucho énfasis a la amistad del ser con una niña.
Este monstruo transformista es un ser desgraciado, ya que la metamorfosis que sufre en las noches de plenilunio lo es contra su voluntad.
El cine se ha aprovechado mucho de este ser desgraciado y fue Lon Chaney el actor que mejor personificó en la doble faceta de humano y bestia del hombre lobo.
La inoculación del germen se transmite por mordedura profunda, siendo sus víctimas preferidas las mujeres que pasean de noche a la luz de la luna llena.
El erotismo es un elemento insustituible en los films de terror. Tal es el caso de Carmilla, una vampira creada por Sheridan le Fanu, tan bien escrita que influyó enormemente en el creador de Drácula, Bram Stoker.
Tras la apariencia angelical de la hermosa hija del barón Von Karnstein se oculta un feroz vampiro femenino. El mordisco de la bella en el cuello de la víctima es una escena erótica imprescindible en cualquier película sobre Carmilla.
Los padres de este mito fueron Edgar Allan Poe y Teófilo Gautier, que jugaron con el mito de la bella y la bestia en versión egipcia.
Un sacerdote llamado Imhotep cometió el gran pecado de amar a una princesa y, siglos después, en 1921, una hermosa muchacha inglesa recibe la llamada de Imhotep: es la momia. Bajo un conjuro, el sacerdote vuelve a la vida para vengarse y conseguir la muerte de la chica y con ello, la inmortalidad y el amor sin tiempo. Pero fracasa...
Esta historia de transformismo se debe a la pluma de Robert Louis Stevenson, que jugó con el clásico mito griego de las dos caras de un mismo personaje: la parte buena y la bestia que todos llevamos dentro.
El Dr. Jekyll, investigando una vacuna para alargar la vida, decide probarla él mismo. Al momento, sufre una horrible metamorfosis, convirtiéndose en un ser brutal. Llega hasta el asesinato y el científico pagará con la muerte su transgresión de las normas morales.
En 1935 se rodó la película “Las manos de Orlac”. El drama es tan emocionante que se han llegado a hacer varios films más sobre el pianista Orlac.
Orlac Pierce, famoso pianista, sufre un terrible accidente ferroviario, perdiendo sus dos manos en la tragedia.
Un doctor le implanta dos nuevas manos -de un asesino- y, a pesar de su voluntad, las manos le obligan a... ¡matar!
Los guionistas situaron a la criatura en Sudamérica, en las impenetrables selvas amazónicas, un lugar muy eficaz para causar el pavor de los nativos, que jamás se acercan a La Laguna negra, sede el monstruo. Su fea monstruosidad destaca de la belleza femenina de la protagonista, de la cual la criatura se enamora locamente.
Los malos espíritus, los espectros, los muertos vivientes, son fenómenos misteriosos y enraizados en el alma humana que el cine ha sabido aprovechar, como “La noche de los muertos vivientes”. Y también los pintores, como Clairin en “La aparición”.
Miriam es condenada a vivir eternamente y vaga a través del tiempo como un espectro. Pero cada seis meses asesina a una inocente... ¡es el modo de cumplir un viejo ritual que la hace inmortal.
El autor literario de la obra “El retrato de Dorian Grey” fue el gran poeta inglés Oscar Wilde. En otros tiempos, los hombres creían que podían pactar con el diablo ofreciéndole, a cambio, su alma. Tal es el caso de Fausto y el aristócrata inglés de esta obra. A cambio de la eterna juventud, el aristócrata vende su alma al diablo, pero algo sucede en el retrato que se ha hecho pintar siendo joven: ¡la obra refleja en su rostro las huellas de sus crímenes!
Típico caso real donde el cine ha hurgado en muchas ocasiones buscando el porqué de tantos asesinatos. El éxito de cualquier película de terror consistente en mantener el secreto, el suspense de la historia. Pues bien, el asesino múltiple, Jack, a quien llamaron “el destripador” jamás fue descubierto. Sembró el terror en Inglaterra, asesinando por la noche a infinidad de personas.
Este personaje, inspirado en hechos reales, se ha llevado al cine en muchas ocasiones: con el fin de conseguir dinero para pagar sus múltiples deudas de juego, Peter More decide estrangular a sus víctimas para robarles. Descubierto y perseguido por la policía es acorralado en la Catedral de Saint Paul. Al sentirse atrapado, el hombre cae desde lo alto de una de sus torres
En 1922 Murnau realizó una escalofriante película basada en la novela Drácula. Un “nosferatu” es un vampiro humano con la fuerza de veinte hombres. Todos los muertos están a sus órdenes, incluso las ratas y murciélagos.
Nuestro nosferatu, el conde Orlok, persiguiendo a una de sus víctimas, abandona su castillo de los Cárpatos y embarca para Bremen. Pero su víctima, la señora Hutter, le tiende una trampa y Orlok es destruido al ser tocado por la luz del sol
La fealdad física determina una fealdad moral y, ¿hay una máscara más horripilante que la del diablo? Sometida a la tortura de la “Máscara del Diablo”, la bruja Asa fallece víctima del furor de la época hacia la brujería.
Cientos de años después, una gota de sangre cae accidentalmente sobre sus restos. El conjuro diabólico interviene y la bruja Asa vuelve a la vida para tomar venganza sobre los descendientes de aquellos que la habían maltratado.
En la galería de curiosos personajes nos encontramos con el clásico científico loco. Estos caballeros cuya búsqueda del conocimiento y la perfección les lleva a la demencia son personificados por actores de gran valía como Vincent Price.
En la película “Los crímenes del Museo de Cera”, Vincent Price encarna a un escultor obsesionado por fabricar figuras de cera tan reales que no duda en asesinar para realizar sus deseos. Las víctimas son cubiertas de cera.
Otro triste caso real que fue llevado al cine en “Cuentos inmorales”. Se trata de la condesa Elizabeth Bathory, llamada también “La condesa sangrienta” por sus infames crímenes realizados en su condición de “sangre azul".
Intentando conseguir la eterna juventud, la condesa hacía detener a las más bellas jóvenes para luego asesinarlas con el fin de bañarse con la sangre de sus víctimas.
Se cree que llegó a matar hasta 600 muchachas.
Las leyendas judías sirvieron de guía a esta obra, surgida de la mente del escritor austríaco Gustav Meyrink, nacido en Viena en 1868. Se trata de un rabino que, necesitando un criado, creó un ser de arcilla por medios rituales, dándole vida propia. Sin embargo, al cabo de seis días, el ser se rebela contra su creador y huye sembrando el terror y la destrucción a su paso.
Es un ser muerto y luego revivido, pero sin cerebro ni alma. Estas leyendas son muy populares en el Caribe.
Se dice que, mediante un rito vudú, la persona hechizada es desprovista de voluntad propia, obedeciendo únicamente las órdenes de aquel que la ha convertido en un muerto en vida.
El cine se ha aprovechado de los zombies y existen en el mercado infinidad de películas con estos alucinantes seres sin cerebro.
El público conoció a este fascinante ser en la obra del escritor francés Gastón Leroux.
Las alcantarillas de París, la música de órgano, la amargura de este ser, son los elementos básicos para otorgar al “Fantasma de la Ópera” un lugar destacado en los mitos de terror.
Se trata de un gran músico que, al quedar desfigurado a causa de un incendio, se refugia en las cloacas de París. Pero todo le va mal cuando rapta a una cantante para mostrarle sus nuevas obras musicales.
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